El neurocientífico Franc Llorens, fallecido a los 45 años en Barcelona con síntomas compatibles con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob que además investigaba, enviaba por mensajería muestras biológicas de alto riesgo que contenían priones activos desde Alemania y desde Portugal al Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), según han asegurado a este diario personas al corriente de su trabajo en el laboratorio.