Hace unos meses un familiar cercano tuvo que pasar una noche en un hospital. Al despertar, por la mañana, le preguntaron si tenía alguna alergia alimenticia que señalar, a lo que ella contestó que sufría una importante intolerancia a la lactosa. Unos minutos más tarde, le servían el desayuno: un café con leche (con lactosa), unas tostadas con mantequilla (con lactosa) y un yogur (con lactosa).