Cuando la lactancia termina, los pechos de la mujer comienzan a devorarse a sí mismos. El proceso, identificado por un equipo dirigido por el biólogo australiano Mathew Naylor, ocurre a nivel celular y puede ser, según el artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista Cell, un avance significativo en la comprensión del cáncer de mama.