La bebida excesiva en los ratos de ocio, como son los botellones, afecta a las conexiones cerebrales de los adolescentes, según un estudio pionero en el que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Estas alteraciones podrían provocar dificultades en la atención y velocidad del procesamiento, problemas de memoria y conductas impulsivas en los jóvenes.