Pocas veces una formación de postgrado ha tenido tanto impacto en mi vida personal y profesional. Las competencias adquiridas en este programa formativo han venido a cubrir carencias que la carrera de medicina y posteriormente la especialización en medicina intensiva no fueron capaz de cubrir y que han sido y son tan relevantes en mi práctica profesional.
La visión global, flexible e integradora de la bioética han llevado a impregnar mi actividad asistencial como profesional del enfermo crítico, permitiéndome ofrecer unos mejores cuidados a los pacientes y dotándome de herramientas para abordar los conflictos que tantas veces surgen en el área de la medicina intensiva.
Pero no solo me ha servido para mi desarrollo profesional, además, a nivel personal me ha permitido una visión mucho más amplia y multidisciplinar de cómo la bioética puede dar respuesta a muchos dilemas que el desarrollo de la ciencia y la tecnología plantean a la sociedad actual.
La posibilidad de compartir tiempo y experiencia con los docentes que integran el claustro de profesores y alumnos con los que compartí la formación, me ha permitido estrechar lazos de amistad y conocer personas que me han aportado mucho valor a mí como persona.