¿Qué tienen en común la agricultura biodinámica, una escuela con una pedagogía atípica, una gran empresa de cosméticos y una inversión en una granja eólica? Todas están vinculadas a la antroposofía, una corriente espiritual fundada a principios del siglo XX por Rudolf Steiner. Este movimiento internacional, discreto pero influyente, dispone de intermediarios económicos y políticos… hasta en el seno del Gobierno francés.