Durante el tratamiento de la ley para la despenalización del aborto, en la Asamblea Nacional se pusieron de manifiesto visiones que rebasaron los elementos jurídicos y políticos que, normalmente, se ponen en juego a la hora de aprobar un proyecto. Cuando las bancadas dejaron a sus miembros que decidieran libremente su voto, quedó claro que en el delicado tema iban a jugar un papel preponderante las visiones personales de los legisladores, especialmente sus criterios religiosos sobre la interrupción del embarazo.