La Inteligencia Artificial (IA), especialmente la generativa, no solo permitirá avanzar hacia una medicina inteligente y personalizada, sino también hacia una atención más humana. Contar con datos estructurados y transversales para obtener resultados de calidad es uno de los retos de futuro; otro, su confidencialidad y seguridad, de forma que el uso de esa información no suponga un ataque a la privacidad ni a la intimidad del ciudadano. Hay mucho camino por recorrer y muchas inversiones por hacer, pero la carrera es imparable.