¿Se imaginan que, como otros países, en el portal del Parlamento y del Gobierno apareciera la agenda de los políticos y las reuniones y asuntos tratados con los grupos de presión? Es un poderosísimo grupo de presión (lobby en la terminología internacional) el entramado del negocio del toro. Tanto es así que el actual proyecto de ley de protección, derechos y bienestar animal ha excepcionado la tauromaquia de su articulado, a pesar de que en bastantes apartados es una ley progresista y valiente, que se ha atrevido colocar en su enunciado no la protección o el bienestar únicamente, sino los derechos de los animales.