“Este quedará como uno de los días más oscuros de la historia científica moderna”, declaró el epidemiólogo Michael Osterholm, especialista en infecciones y en bioterrorismo que ha asesorado a gobiernos demócratas y republicanos de EE.UU., después de que miles de investigadores médicos y trabajadores de salud pública fueran despedidos el 1 de abril, muchos de ellos sin previo aviso.