La innovación basada en inteligencia artificial (IA) se fundamenta en el uso de conjuntos de datos personales almacenados por el Sistema Nacional de Salud.
Los datos personales que requieren los algoritmos de IA pueden ser accedidos por terceros con diferentes intereses, especialmente las grandes empresas tecnológicas (p. ej., Google, Microsoft y Amazon), debido a la falta de infraestructuras públicas adecuadas para almacenar y procesar cantidades tan grandes de datos.
Este no es un asunto trivial en un contexto donde las reglas del mercado están ganando terreno en la sanidad pública. De hecho, dos de los tres Premios Nobel de Química de 2024 han sido otorgados a científicos de Google DeepMind (Alphafold) por su contribución a la predicción de estructuras proteicas mediante IA.
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