Tengo que reconocer que soy una de esas mujeres que cuando leen un artículo sobre nuestro papel en la sociedad, o sobre la tan famosa discriminación positiva, o sobre el pretendido hecho diferencial en el carácter de la mujer respecto del hombre, inmediatamente siente que se le ponen los pelos de punta. ¡Cuánta inútil literatura, y cuánta desinformación esconden a veces estas opiniones!