Incontables cámaras de vigilancia escrutan sus movimientos. Ordenadores de capacidades descomunales rastrean sus huellas en la Red.
Entramos en un universo controlado por ‘hackers’, Gobiernos, empresas y traficantes de datos. Un paso más hacia el cumplimiento de la profecía orwelliana.
http://elpais.com/elpais/2015/12/04/eps/1449252033_849371.html