Máster en Alimentación, Ética y Derecho

Cátedra UNESCO de Bioética

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Libro "La medida de lo humano. Ensayos de bioética y cine"

La pregunta por la medida de lo humano es la pregunta por las razones que justifican el especial valor que los humanos nos atribuimos, y que solemos llamar dignidad. Ésta es la pregunta fundamental de la bioética, porque su respuesta nos permitirá articular soluciones sensatas, coherentes y justificadas a sus problemas más cercanos y acuciantes, como los que suscitan el aborto, la eutanasia, las nuevas formas de reproducción o la manipulación genética.

El cine es una base adecuada y amena para pensar en todo esto, porque el razonamiento práctico se ve estimulado por la presentación contextualizada de los problemas que ha de abordar, y eso es precisamente lo que hacen las películas que aquí se comentan: mostrarlos tal y como realmente se plantean (o, en el caso de la ciencia ficción, tal y como podrían llegar a plantearse); es decir, no de manera aislada, sino con toda la contaminación vital que conllevan.

El libro contiene trece ensayos sobre otras tantas películas y se cierra con un epílogo en el que se destaca y explica la particular vocación narrativa de los problemas bioéticos y, por eso, su especial aptitud para ser objeto de tratamiento fílmico. Por su temática y por el modo llano con que se aborda, podrá ser de interés para un amplio espectro de lectores, desde los aficionados al cine hasta el personal sanitario, pasando por juristas, filósofos y educadores.
 
Autor: Ricardo García Manrique
Año de publicación: 2011 (segunda edición)
Editorial: Civitas - Thomson Reuters
Páginas: 120
ISBN: 978-84-470-3601-1
Disponible en acceso abierto
 
 
 
 
 
Si la bioética es la ética de la vida humana, entonces una pregunta bioética clave, si no la más fundamental de todas, es la que el replicante de Blade Runner le dirige a los humanos: ¿por qué mi vida no vale tanto como la tuya? El replicante, una especie de robot antropomórfico de origen industrial, en casi todo similar a nosotros, exige que lo reconozcamos como a un igual, y a nosotros nos obliga a plantearnos una segunda pregunta que no es más que una versión de la primera: ¿cuál es la razón de ser de nuestro valor?