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La UB presenta el proyecto El ADN de la memoria para identificar restos de víctimas de la Guerra Civil mediante la genética forense

15.07.2015

La Universidad de Barcelona ha iniciado el proyecto El ADN de la memoria: Banco de ADN de la UB de víctimas de la Guerra Civil española. Esta iniciativa recoge la experiencia de los últimos cinco años del Laboratorio de Genética Forense de la Unidad de Medicina Legal y Forense de la UB, que ha estado recogiendo muestras de ADN de personas que buscan restos de algún familiar desaparecido en la Guerra Civil y que podría estar en alguna de las 344 fosas comunes que hay oficialmente en Cataluña. Ahora, esta labor realizada desde la Facultad de Medicina se consolida y da lugar a un proyecto más amplio, que incluye también las aportaciones de Solidaridad UB —entidad que coordina el Observatorio Europeo de Memorias— y del Observatorio de Bioética y Derecho de la UB.

Durante un acto celebrado hoy en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona, el rector Dídac Ramírez ha manifestado que para la UB «es un orgullo y una satisfacción» dar respuesta a una demanda social y ciudadana de este tipo. «La UB da este paso para combatir el olvido de un pasado que merece justicia», ha afirmado el rector. «Todos los agentes políticos y sociales tenemos que ayudar a dar respuesta a una demanda de este tipo. Encontrar e identificar a las víctimas no es un derecho, sino una exigencia», ha finalizado Ramírez. Carme Barrot, responsable del Laboratorio de Genética Forense y fundadora del Banco de ADN de la UB, ha repasado la génesis del proyecto y ha remarcado la importancia de la tarea de recuperación de la memoria histórica iniciada: «En Polonia, recientemente han empezado a identificar a las víctimas de la II Guerra Mundial. Todavía estamos a tiempo».

Roger Heredia, familiar de un desaparecido de la Guerra Civil e impulsor también del Banco, ha remarcado que el proyecto El ADN de la memoria representa para los familiares de los desaparecidos una «puerta a la esperanza». Por eso, ha agradecido al rector y a la Universidad el hecho de llevar a cabo este proyecto. Albert Royes, secretario de la Comisión de Bioética de la UB y miembro del Observatorio de Bioética y Derecho, ha apuntado que el banco tiene como objetivo «cerrar heridas, no abrirlas». Xavier López, director de Solidaridad UB, ha añadido que España es uno de los tres países con más fosas comunes y desaparecidos junto a Colombia y Camboya.

Actualmente, el Laboratorio de Genética Forense de la UB custodia setenta muestras de ADN de personas que esperan que se abran las fosas comunes para poder compararlo con el de los restos que se localicen y así identificar a los familiares desaparecidos. Establecer la relación de parentesco a través del ADN es más sencillo cuanto más directo sea el vínculo familiar. Esto hace que, dada la edad avanzada de los familiares más cercanos de los desaparecidos (como hijos, hermanos o sobrinos), sea necesario conservar de alguna forma el ADN y garantizar que la identificación será posible más adelante, cuando se abran las fosas. Los test de identidad genética se han usado en varias ocasiones para establecer la identidad de un cadáver; pero lo que no es habitual es que se cree un banco con muestras de ADN congeladas a la espera de que se puedan exhumar los cadáveres sin identificar. De hecho, solo se conoce un caso similar en Bosnia-Herzegovina, donde precisamente desarrollan su labor diversas entidades de la red del Observatorio Europeo de Memorias, coordinado por Solidaridad UB.

Los impulsores del Banco de ADN de la UB, un proyecto con la colaboración de la Fundación Bosch i Gimpera, estiman que actualmente existen unas 4.600 familias que buscan a algún pariente desaparecido en la Guerra Civil. Para formar parte del banco, es necesario extraer una pequeña muestra de sangre a los familiares de la persona desaparecida. Una parte del extracto seco de la sangre donde está el ADN purificado se guarda a -75 ° C en el Laboratorio de Genética Forense de la UB, dirigido por el Dr. Manuel Gené, y otra se entrega a los interesados, junto con toda la documentación acreditativa. Todo este proceso cuesta 150 euros. «Cabe decir que desde los años 90 la aplicación de la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) permite la amplificación in vitro del ADN y, por tanto, la identificación a partir de una cantidad muy pequeña de muestra biológica», explica la responsable del banco de ADN, la Dra. Carme Barrot. Por otra parte, además de las pruebas de ADN, la identificación de las víctimas conlleva una tarea importante con datos y análisis contextuales y antropológicos. Cada vez van llegando a la UB más muestras, e incluso se han puesto en contacto con el laboratorio personas de Estados Unidos que buscan los restos de un brigadista internacional muerto en España mientras luchaba a favor de la República, y de la Argentina, donde una persona quiere encontrar al hermano, al que mataron los sublevados.

Durante todo el proceso, se garantiza que el uso de las muestras queda restringido al objetivo establecido y que no serán cedidas a terceras personas sin el consentimiento previo de los depositarios de esta información genética. Una vez identificado el familiar, las muestras de ADN serán devueltas o eliminadas según los deseos de la familia. El Laboratorio de Genética Forense de la UB está especializado, desde 1975, en el estudio de la variabilidad genética humana aplicada a la genética forense y sus principales aplicaciones: la investigación de la paternidad biológica y el diagnóstico de identidad en muestras forenses. Es líder en la investigación y en la aplicación de las técnicas más avanzadas en el ámbito científico internacional de su especialidad.

Desde Solidaridad UB se enfatiza que El ADN de la memoria es un proyecto de carácter esencialmente social que responde a uno de los ejes que acompañan a toda política de la memoria: la justicia reparadora. Un ejemplo de justicia reparadora sería el acto que tiene lugar cada julio en Srebrenica y que consiste en enterrar todos los restos encontrados e identificados a lo largo del año. Las universidades son uno de los actores necesarios para este tipo de procesos, a los que aportan la garantía de la fiabilidad científica. El Observatorio de Bioética y Derecho de la UB ha dedicado especial atención a este tema en el VIII Seminario Internacional de la Cátedra UNESCO de Bioética de la UB sobre ADN y desapariciones forzosas, que tuvo lugar el 16 de febrero de este año. Este Observatorio también ha publicado el libro Desapariciones forzadas de niños en Europa y Latinoamérica, coordinado por la Dra. María Casado y el Dr. Juan José López Ortega.

Los familiares que impulsaron el inicio del Banco de ADN, Marc Antoni Malagarriga y Roger Heredia, que buscan a su tío y su bisabuelo respectivamente, reclaman que la Administración actúe para que se abran las fosas comunes y se facilite la identificación de las víctimas. En esta línea, un hito importante fue la aprobación, en diciembre pasado, de una moción en el Parlamento de Cataluña sobre el cumplimiento de las recomendaciones del informe del Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas, que apoya la creación de un banco de ADN de familiares de desaparecidos en Cataluña para facilitar su identificación, e insta al Gobierno a destinarle los recursos necesarios.