Los españoles han reducido un 3,8% su consumo de alimentos desde 2010, especialmente en carne, pescado, leche, aceite y bebidas con alto grado de alcohol. Mientras otros sectores (comercio, vivienda, automóviles) se recuperaron en 2015, la ingesta alimenticia per cápita ha pasado en cinco años de 670 kg a 645.
"Ha bajado el gasto en algunos productos que denotan que hay restricciones alimentarias", asegura Cecilía Díaz-Méndez, socióloga especializada en consumo.
Baja el consumo de aceite, cárnicos y pesca de forma paralela a la subida de su precio, pero sube el consumo de platos preparados y bollería industrial.