Empezó su carrera en los años setenta luchando por el derecho al aborto. Desde entonces siempre ha remado a contracorriente. Comisaria europea, tres veces ministra y a menudo en las quinielas para la presidencia de Italia, Emma Bonino ama los retos. Entre ellos, luchar sin desmayo contra el monstruo de la sinrazón política. Hoy ve en la defensa del ideal europeo la tarea prioritaria, frente al auge de La Liga de Matteo Salvini y los populismos de toda índole.