El ministro francés de agricultura, Julien Denormandie, ha afirmado que las técnicas de edición genética vegetal (como las tecnologías CRISPR) permiten obtener productos distintos a los obtenidos a través las técnicas de modificación genética (o transgénicos), por lo que se opone al dictamen de Tribunal de Justicia europeo que igualó legalmente ambas técnicas.